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Desafiando la ideología neoliberal detrás del estado de Chile para aumentar el Bien Común
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Chile, a diferencia de países con democracias más maduras y pueblos indígenas autodeterminados, presenta evidencia la concentración del poder en una sola casta socio económica política, que dirige poderes que en la práctica son interdependientes (judicial, legislativo, ejecutivo y militar) que requieren ser interpelados, por su rol publico, en evidenciar cual ha sido su acción por el bien común. 

Instalando el “orden público”, gran parte de la política de estado mantiene el paradigma de cristalizar una manifestación más del post neoliberalismo, y una economía desigual. Estamos frente a la consolidación de una forma inédita económica estrenándose en Chile, a partir de una una regresión autoritaria, fundamentalmente extractiva que conservar la "lechería económica" de la elite, pero que también, por acción y reacción, activa la necesidad de formas modernas y más audaces de dialécticas en las comunidades solidarias a lo largo del territorio. Los intelectuales artífices de este juego experimental, operan detrás del telón, pero son conocidos, tienen nombres y apellidos, son de carne y hueso, algunos de ellos están en el grupo de asesores de gobierno. En el pasado, muchos de estos "pensadores", ingresaron a cursar carreras de Ingeniería Comercial en la Pontificia Universidad Católica, entidad en la que se conocieron y se hicieron defensores de ideas económico moralistas de ultranza neoliberal. Este último, uno de los pilares del movimiento conservador conocido como Gremialismo instalados en la estatal Odeplan durante la dictadura militar, entidad que micro operativizo burocráticamente el modelo neoliberal al interior del estado. Ellos, junto a la complicidad de un congreso político cuestionado,  ahora consolidan el diseño de un estado cada vez más violento con sus ciudadanos, se constituye en un patriarca que castiga con más garrote y burdas técnicas de inteligencia a los ciudadanos, dejando el narcotráfico y corrupción en libre germinación.

La respuesta de los oprimidos no se hace esperar, algunos medios de comunicación masiva se suman y comienzan a develar este tipo de experimentos de gobierno. En este sentido, cobran fuerza el periodismo de investigación, denunciando los vericuetos y privilegiados rescates financiero del presidente a su propia fortuna en medio de un despliegue territorial de fuerzas especiales en Santiago. Pero la respuesta fundamental a la opresión radica en el resurgimiento de miles de pequeñas organizaciones que buscan recuperar su territorio y simbolos. Si el estado funciona para unos pocos, la desobediencia institucional se vuelve un imperativo ético hacia la vida, la desautorización a los gobernantes se torna una respuesta de supervivencia ante su insensatez. Ya somos muchos los que visualizamos que durante los próximos años habrá más violencia de estado para lo cual habrá que estar preparados con formas novedosas de legítima defensa comunitaria.

Desafiando la ideología detrás del estado, las comunidades ya se organizan para su autonomía. Toman fuerza las sociedades territoriales en las redes y los barrios, se incentiva la comunicación glocal (producción local y conocimiento global), una necesaria crisis de des-esclavización mental interna, búsquedas de autonomía alimenticia y una red de salud y de cultura alternativa. En definitiva, la ciudadanía se da cuenta que aumentar la posibilidad de supervivencia de la familia, no está en el individualismo y el consumo solitario, o en la conservación alienante del "puesto laboral", sino en el camino más desafiante, es decir, en la posibilidad de instalar proyectos liberadores comunes, en conversar y actuar en una pequeña comunidad que también tiene sueños y temores, que potencia el debate de ideas revolucionarias y promueve una mayor comprensión de las dinámicas del poder, lo que conlleva al camino de poner en práctica conocimientos ancestrales de agroecología, educación, cultura y filosofía incluso de ingeniería politécnica, en definitiva a recuperar los fundamentos del cuerpo. La supervivencia humana necesita nutrirse de los fundamentos olvidados, de conocimientos y habilidades de nuestros antepasados. La recuperación de una mirada holística y la vuelta a imitar la naturaleza, será la fuente de energía de las personas para enfrentar la crisis del estado. El estado se modificará radicalmente, por mientras, el bien común se debe sostener desde la comunidad.

 

Editor Corporación Ebc Valparaíso. (Marzo 2022)  

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Institucionalidad para la Gran Minería en Chile, ¿Realmente de Clase Mundial?.

“Falta de Democracia Participativa” es la frase que a los chilenos nos causan las condiciones procedimentales con que la autoridad desarrolló la aprobación del proyecto Vizcachitas, Putaendo, Chile. Estas acciones impiden una real participación ciudadana y desprestigian aún más los grandes proyectos de minería, pero sobre todo sientan las bases para invocar en la ciudadanía, justificadamente, la idea que la gran minería en Chile NO es de clase mundial sino más bien de clase bananera.

La minería no es un objetivo en sí, tiene un propósito, dado por un conjunto de personas que constituyen una nación. La meta colectiva es crear las condiciones institucionales o tecnológicas que conviertan a los minerales en una bendición para los territorios donde estos se ubican. Por supuesto que este deseo convive con fuerzas opuestas, es decir convertirse en un negocio para un sector minúsculo y crear una maldición para la mayoría ciudadana, fomentando la corrupción y la destrucción territorial ambiental, ¿Es el caso de Chile?.

La gran minería en Chile, a diferencia de Canadá o Australia, se encuentra más cercana al extractivismo producto de su historia de conquista y colonialismo, (Acemoglu, Aron y Robinson, James A. (2012). Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza) pero más aún debido a que una parte significativa de sus líderes, establecen hegemónicamente gobiernos corporativos casi con nepotismo, impidiendo un verdadero desarrollo distinto al personal y con autentica participación ciudadana.

Por otro lado, la prensa hegemónica nacional no contribuye (Ej: El Mercurio) la cual responde a perspectivas ideológicas de sus socios, pero no de académicos, ciudadanos o columnistas auténticamente independientes, con pensamiento crítico, como son los mensajes olvidados de los profesores Acemoglu, Tilton, Maxwell o Moscoso, todos ellos formaron parte de prestigiosas universidades relacionadas a la minería Colorado School of Mine, Curtin University,  esta última mi segunda alma mater, que de un modo otro combaten la ideología extractivista predominante, por cierto sigue siendo un problema a resolver por la comunidad a académica.

Adicionalmente en Chile, se requiere con urgencia romper otro mito y es que la gran minería en Chile permite el desarrollo tecnológico, lo cual no presenta evidencia contundente, predominantemente, la gran minería en Chile solo es compradora de soluciones foráneas. Las respuestas a los desafíos tecnológicos y las soluciones en minería provienen fundamentalmente de economías mineras con solidas instituciones, economías que cobran impuestos justos como Australia, Canadá, Alemania, Finlandia, incluso Bolivia que nacionalizo sus recursos y se ha desarrollado a tasas superiores a Chile antes de crisis social y Covid-19. Estos países, interesantes ejemplos, poseen constituciones solidarias, no subsidiarias o “guzmanianas” como el caso chileno.

Cabe recordar, que el propósito del uso de los minerales en Chile se fortalecerá con una nueva constitución, legitima, participativa y sobre todo solidaria, en particular en Chile ese debe ser el camino.

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